Las Palmas vuelve al kilómetro cero. Todos los vicios que tuvo que eliminar Juan Manuel Rodríguez cuando relevó a Paco Jémez la pasada temporada se han reproducido en una semana nefasta para la Unión Deportiva. Siete goles encajados en dos partidos, cuatro de ellos el pasado sábado en Huelva, volatilizan grandes expectativas.
Todo se fue al garete en un segundo. Bastó que Corrales suspendiera en el aire el balón en una cesión descabellada a Mariano Barbosa y Javi Álamo la empujara para que el Recreativo caminara sobre la defensa de la Unión Deportiva como si lo hiciera sobre una alfombra de pétalos de rosa. En una semana a Las Palmas se le ha desdibujado su identidad, ha mutado de un firme bloque a ese guiñapo que recogió Rodríguez en el momento final del pasado curso. Una involución innecesaria y dañina.